Esta es una receta vegetariana vegana de estofado, meloso gracias a los jugos de las hortalizas, y lleno de vitaminas y minerales. Pero además, resulta muy interesante por las especias con las que se aromatiza, que favorecen diversos órganos del aparato digestivo y aportan propiedades antioxidantes e incluso antidepresivas.
Ingredientes para 4 personas
- 200gr de setas portobello
- 12 coles de bruselas
- 250gr de judías verdes
- 200gr de guisantes
- 1 alcachofa
- 2 zanahorias
- 1 cebolla grande
- 2 cucharaditas de curry
- 1 cucharadita de cardamomo
- 1 cucharadita de pimienta
- 1 cucharadita de cúrcuma
- Aceite de oliva
- Sal
Cómo hacer curri de hortalizas y portobellos
Estrictamente, un estofado implicaría poner todos los ingredientes en crudo, pero para dotar al plato de mayor melosidad, vamos a pochar primero la cebolla. Para ello, la pelamos, la lavamos y la cortamos en juliana o tiras finas. Y a la cazuela, a fuego lento, con un chorro de aceite, un poco de sal y tapada para que sude y nos quede clara, sin tostar demasiado.

Mientras se va haciendo la cebolla, preparamos el resto de ingredientes, porque luego su incorporación será rápida y ya no nos quedará demasiado trabajo en la cocina. Así que lavamos las hortalizas con agua, excepto las sestas. Estas limpiarlas con un trapo y un cuchillo, quitando los restos de tierra que puedan tener los portobello. Te recomendamos que evites lavarlos con agua para que no pierdan su característica textura, más firme que la del champiñón, y para que no se diluya su sabor. Además, vamos a cocinarlos enteros, así como las coles de bruselas. En cambio, cortamos las zanahorias en rodajas, sin pelar para no perder ningún nutriente (ver aquí cómo sacar el máximo partido a las hortalizas), mientras que cortamos puntas e hilos laterales de las judías tiernas, y las troceamos.
Luego nos deshacemos de las hojas exteriores de la alcachofa, demasiado duras y fibrosas, y la cortamos por la mitad para eliminar los pelillos interiores. Y así preparada, la cortamos en gajos y, para evitar que se oxiden, los rocíamos con jugo de limón.
Y ahora nos toca ver cómo va la cebolla. Cuando esté bien pochadita, añadimos todas las hortalizas, menos los guisantes. Incorporamos las especias, damos algo de intensidad al fuego y removemos bien para que quedo todo bien rehogado. Luego salamos para favorecer que las hortalizas desprendan sus propios jugos, tapamos, y las dejamos a fuego lento hasta que las hortalizas queden cocinadas. Los guisantes los incorporaremos casi al final para que no nos queden muy pasados, porque en cinco minutos quedan listos.
¿Y si quiero que quede con más salsa?
Pues es tan simple como convertir el estofado en guiso. Es tan fácil como añadir un ingrediente líquido una vez tengas todas las hortalizas en la cazuela (excepto los guisantes) con sus especias, tras el rehogado. Este líquido puede ser vino blanco seco, caldo de verduras, etc. La diferencia es que con el estofado las hortalizas se cocinan con las especias y su propio jugo, y con el guiso , se cocinan con el líquido de cocción, intermezclando sabores.