¿A quién no le ha sobrado de pronto un trozo de cebolla o la mitad de una coliflor? ¿Y esa lechuga ya cortada que al final era demasiada para la ensalada? Lo lógico, sin aliños ni salsas de por medio, es guardar esas hortalizas crudas para incorporarlas a una nueva receta. Pero claro, de pronto se nos resecan rápido, o se nos oxidan o las redescubrimos ya como arrugadas como pasas en la nevera. ¿Cómo debemos guardarlas para que nos duren como si estuvieran enteras?

¿Por qué duran menos las verduras ya cortadas?

Es por el contacto con el aire. Al estar cortadas, se favorece el contacto con el oxigeno de ciertos enzimas que funcionan como catalizadores. Y a través de esa catalización se generan cambios moleculares en determinadas células. Es lo que se conoce como oxidación y, al final, en verduras y hortalizas se traduce en colores más intensos o más oscuros que anuncian el camino hacia una más temprana degradación.

Por lo tanto, la clave para guardar hortalizas y verduras ya cortadas es protegerlas de ese contacto con el aire y relentizar así este proceso.

Cómo conservar verduras de hoja ya cortadas

Cómo conservar verduras de hoja ya cortadas

En este caso las tendríamos que guardar como si estuvieran enteras. Así lo mejor es que lechuga, repollo, espinacas, acelgas… se introduzcan en bolsas para alimentos que se puedan cerrar o, al estar cortadas, incluso las podemos introducir en un recipiente que quede cerrado herméticamente. Así las protegemos del aire (sólo interaccionarán con el que quede en la bolsa o el recipiente), y a su vez también favorecemos que puedan reabsorber su propia humedad, lo cual les alargará la vida. Y luego, a la nevera.

Pero, ¿y si las hemos lavado? Eso es lo más normal en el caso de verduras cortadas, ¿no? Pues si no las hemos dejado secar bien, los mejor es añadir un poco de papel absorbente a la bolsa o al recipiente para que este absorba los restos de agua.

Cómo conservar hortalizas troceadas

Pero si lo que nos ha sobrado es patata ya chascada, o zanahorias troceadas en bastones, o pimientos, apio, etc., el método de la bolsa no nos sirve. En estos casos, lo mejor es guardarlas en la nevera sumergidas en agua, incluso añadiendo un chorro de limón para frenar la oxidación, y usarlas lo antes posible.

En cambio, si son trozos, es más fácil alargar su vida. Sólo tenemos que proteger del aire la parte por la que hemos cortado. Y esto es tan fácil como cubrir con papel film la superficie por donde se cortó. Y en lugar del papel film, una alternativa más ecológica es ponerlas en un plato, con la superficie cortada tocando la base del mismo, y cubrirlas con un vaso o un recipiente adecuado a su tamaño. Y así, las guardamos en la nevera.

Dónde colocamos las verduras y hortalizas en la nevera

Pero no nos vale guardarlas en cualquier parte de la nevera. Las temperaturas demasiado bajas tampoco van bien para mantener verduras y hortalizas en los mejores condiciones. Lo mejor es guardarlas en los cajones inferiores del frigorífico que ya suelen estar destinados a ellas. Y esto es porque es la parte menos fría de la nevera, y suele estar entorno a los 10ºC.

Escrito por:uranda

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