Receta vegana de lasaña de espinacas que enriquecemos con aportes proteicos gracias a los frutos secos, tanto los piñones del relleno, como los anacardos que conforman al base del queso vegano para gratinar. Una lasaña tan sana como melosa y deliciosa.
Ingredientes para 4 personas
- 500g de espinacas
- 1 cebolla
- 3 cucharadas de piñones
- 3 cucharadas de pasas
- 1 vasito de vino blanco seco
- 2 cucharadas de harina
- Bebida o leche de avena
- Nuez moscada
- Bechamel vegana (ver aquí receta)
- Queso vegano para gratinar (ver aquí receta)
- Placas de pasta para lasaña (sin huevo)
- Aceite de oliva
- Sal
Cómo preparar las espinacas para la lasaña
Para esta lasaña el relleno de espinacas ha de quedar melosito, con el contraste de textura que le darán los piñones tostados, y el de sabor que van a dar las uvas pasas. Y para ello, empezaremos rehidratándolas a la vez que las aromatizamos. Así que las ponemos a remojo en el vino blanco y las dejamos reposar mientras avanzamos con el resto del relleno.

Lavamos las espinaca y las dejamos secar bien para, acto seguido, pelar la cebolla. La cortamos en tiras finas (juliana) y la reservamos un momento, porque vamos a empezar tostando los piñones. Para ello, ponemos una sartén al fuego (aquella con la que vamos a hacer todo el relleno) y ponemos los piñones a tostar. Hacerlo así en lugar de comprarlos tostados nos asegura que no perdamos aroma por el camino. Una vez tostados, los sacamos de la sartén y los reservamos.
Devolvemos la sartén al fuego y ahora añadimos un chorro de aceite. Agregamos la cebolla, la salamos, removemos y dejamos que se vaya pochando a fuego lento y tapada para que sude. Queremos que quede blanquita y bien tierna.
Paralelamente, en un cazo aparte, ponemos a calentar la leche o bebida de avena (puedes optar por alguna otra leche vegetal de tu gusto), a fuego lento, que no queremos que nos llegue a hervir. .
Cuando la cebolla esté bien cocinada, agregamos las espinacas y las pasas sin escurrir, con el vino que nos quede. Salamos, removemos y cocinamos hasta que las espinacas reduzcan volumen. Conseguido esto, incorporamos los piñones y volvemos a remover. Y ahora llega el turno de agregar las cucharadas de harina. La rehogamos con el resto de ingredientes mezclando el conjunto. Y por último, del cazo vamos añadiendo la leche vegetal de avena poco a poco, progresivamente y sin dejar de remover para que se vaya integrando. La idea es ir añadiendo leche hasta que nos quede un relleno cremoso. Conseguido esto, apagamos el fuego y vamos a montar la lasaña.
Cómo hacer la lasaña vegana de espinacas
El siguiente paso es preparar las placas de pasta para lasaña. Según el tipo de pasta, o las pones a remojo o las pones a cocer siguiendo las instrucciones del fabricante. Lo importante es que la pasta quede flexible. Luego hay que escurrirla bien, disponiendo las láminas, una a una y separadas entre sí, sobre trapos limpios.
Como ya vamos a montar la lasaña, pondremos a precalentar el horno a 180ºC un mínimo de 10 minutos, para que ya tenga esa temperatura cuando la vayamos a introducir.
Y pasamos a montar la lasaña. Para ello, en una fuente para horno, extendemos una base de bechamel vegana (ver aquí receta). Sobre la misma colocamos una capa de pasta, luego una de espinacas, otra de pasta, otra de espinacas y la última de pasta para cerrar. Coronamos con algo más de bechamel y extendemos una capa fina de queso vegano para gratinar (ver aquí receta). Y ya solo nos queda llevar la fuente al horno y gratinar la lasaña hasta que se dore.