El ajo es un bulbo formado por dientes que podemos encontrar de temporada durante todo el año. Compuesto mayoritariamente por agua (60%), se emplea en cocina especialmente como condimento y es especialmente valorado por sus propiedades. Y es que, además de ser un antibiótico natural muy conocido, el ajo funciona como antiséptico intestinal, disminuye el colesterol, contribuye a prevenir la formación de coágulos sanguíneos, favorece la regulación de la presión arterial y aumenta las defensas.
