Propia del invierno, la escarola inicia su temporada en noviembre y entra en temporada tardía en mayo. Existen dos tipos en función de la hoja: la escarola rizada y la denominada escarola francesa, algo más lisa. Destaca por sus aportes en vitaminas B, C y K, esta última imprescindible para la coagolación, además de ser rica en calcio.