Las espinacas entran en su temporada óptima durante septiembre y encvara su recta final en mayo. Esta popular verdura se puede comer cruda en ensalada o cocinada como relleno, en guisos, etc. Cultivadas por primera vez en China, las espinacas son ricas en betacarotenos (por encima de las zanahorias), que una vez ingeridos se transforman en vitamina A, ejerciendo como antioxidante y previniendo ciertos tipos de cáncer. Además, las espinacas contienen flavonoides que, entre otras, previenen enfermedades de la vista, y tanto la vitamina K como los ácidos insaturados que aportan son muy adecuadas para el aparato circulatorio.