Se cree que el origen del nabo es europeo, donde se empleaba desde tiempos prehistóricos, aunque también se cree que procede de Asia Central. El nabo en crudo tiene un característico sabor picante y amargo. Y esto se debe a que es rico en glucosinolatos. Estos tienen propiedades antioxidantes y previenen diferentes tipos de cáncer, por lo que es muy recomendable comer nabo crudo, que rallado se puede incorporar a ensaladas. A su vez, el nabo es conocido como un remedio diurético natural, por lo cual previene la retención de líquidos y tiene propiedades desintoxicantes