La avena es uno de los cereales que tiene más proteínas vegetales, además de ser rica en fibra. Aunque los granos no se emplean directamente para consumo humanos, hay diversas opciones para consumir este cereal que, además, enriquecerán la variedad de cereales de tu alimentación.
Valor nutritivo de la avena
La avena es un cereal de la familia del trigo de la cual se suelen emplear para consumo humano esencialmente dos especies: la avena roja (Avena byzantina) y la avena blanca (Avena sativa). A nivel nutricional, sin embargo, estamos ante un cereal que, por lo tanto, destaca por sus hidratos de carbono, aunque comparada con otros cereales, contiene menos y, en cambio, aporta más proteínas y ácidos grasos, sobre todo insaturados. Y aunque no sea específicamente un nutriente, es una importante fuente de fibra
Macronutrientes en gramos por cada 100gr de avena
Hidratos de Carbono | 59,8 |
Proteínas | 11,7 |
Grasas | 7,1 |
Fibra | 5,6 |
Además, la avena es rica en minerales como fósforo, potasio o magnesio, entre otros, y destaca por sus aportes en vitamina E y vitaminas del grupo B (especialmente B1 y B6).
Formas de cocinar y comer avena
Como adelantábamos en la introducción, los granos de avena se emplean directamente para consumo humanos debido a que su cubierta es muy, muy fibrosa. Por ello se vende en formatos adaptados para que podamos digerirlos correctamente y disfrutar de este cereal.
Sémola o salvado de avena

Esta es una forma habitual de consumir también otros granos de cereales. La sémola no es más que una trituración del grano más gruesa que la harina. La sémola de avena se consume cocida. Así que la podemos incorporar perfectamente en ensaladas o platos de cuchara. Para cocer sémola de avena se necesita el triple de agua que de salvado de avena, y luego requerirá de entre 30 y 40 minutos de cocción, sin necesidad de removerla mientras se está hirviendo.
Copos de avena
Aquí estamos ante granos de avena aplastados tras pasar por unos cilindros. Y así se pueden consumir crudos o tras pasar por algún método de cocción. En el caso de comerlos crudos, lo habitual es rehidratarlos. Un modo clásico es incorporarlos en los desayunos con leche o con alguna bebida vegetal, en batidos, etc. Pero rehidratados y en crudo también pueden dar una divertida textura a nuestras ensaladas. También podemos usar los copos de avena para rebozados, que los dejarían tostados, y lo mismo para decorar empanadas por encima, panes, etc.
Harina de avena
Las harina de avena puede tener los usos que le daríamos a otras harinas: panes, bizcochos, masas, rebozados, etc. Nuestro consejo es que, como con todo cereal, no sea una harina refinada para no perder nutrientes.
Avena instantánea
Es una formato de avena a partir de los copos de avena troceados. Es muy habitual preparar una especie de gachas con ella, cuyo elemento líquido puede ser la leche (el porridge inglés típico de sus desayunos) o alguna leche vegetal, pero también un caldo de verduras, por ejemplo, si quieres hacer unas gachas para el almuerzo. Y de hecho, puedes emplearla para espesar cremas y purés de verduras o legumbres, por ejemplo, a la vez que las enriquecerías nutritivamente.