Receta vegana de avena con hortalizas guisadas que, con sus vitaminas y minerales, más las propiedades de la cúrcuma, refuerzan el aporte en hidratos propio de los cereales, y en este caso, las proteínas vegetales que aporta específicamente la avena.
Ingredientes para 4 personas
- 300g de sémola de avena
- 1 cebolla
- 1 brócoli
- Media col lombarda
- 2 zanahorias
- 1 pimiento amarillo
- 6 mazorcas de maíz baby cocidas
- 2 ramas de apio
- 1 copa de vino blanco seco
- 1 cucharadita de cúrcuma
- Aceite de oliva
- Sal
Cómo hacer avena con hortalizas guisadas
La avena, como otros cereales, es ideal para servir con guisos, que de por sí son platos melosos o con salsa (ver aquí cómo hacer un buen guiso vegano) y, por lo tanto, contribuyen a darle sabor. De ahí esta receta sencilla y llena de sabores, además de nutrientes. Y vamos a empezar con el guiso, porque siempre quedan mejor si luego los dejamos reposar un poco, ya que así se asientan los sabores.
Así que lavamos bien todas las hortalizas: el brócoli y la col lombarda sumergidos en agua, el resto bajo el grifo (ver aquí como lavar cada tipo de hortalizas). Luego eliminamos las semillas del pimiento amarillo, pelamos el apio para eliminar los nervios y pelamos también la cebolla.

Precisamente esta hortaliza, la cebolla, es la que cortaremos primero en tiras finas (juliana). Así ya la podemos poner en la cazuela con un chorro de aceite y una pizca de sal para que sude y se vaya pochando a fuego lento. Entretanto, pasamos a trocear el resto de hortalizas también en tiras finas, excepto el brócoli y las mazorcas de maíz baby. estas las cortaremos en rodajas, y del brócoli separamos los ramilletes. El tronco lo pelamos y lo troceamos en tiras finas.
Y con todo esto listo, cuando la cebolla esté tierna, agregamos primero los pimientos y la zanahoria y los rehogamos unos minutos a fuego vivo, hasta que veamos que empiezan a dorarse. Luego agregamos el resto de hortalizas, salamos y rehogamos un par de minutos. Llegados a este punto, toca añadir el elemento líquido, en este caso el vino blanco seco. Espolvoreamos también la cúrcuma, removemos y bajamos el fuego. Tapamos la cazuela y dejamos que se guisen las hortalizas a fuego lento. Así irán desprendiendo sus propios jugos. En cuanto estén cocinadas, apagamos el fuego y pasamos a cocer la avena mientras reposa el guiso.
La sémola o salvado de avena es muy fácil de cocer. Solo debemos tener en cuenta que necesitamos tres veces más de agua que de sémola. A partir de aquí, salamos y, en cuanto el agua hierva, dejamos cocer durante 30 o 40 minutos (ver aquí propiedades de la avena y cómo cocinarla).
Con la avena ya cocida, si quieres, puedes darle un golpe de fogón a las hortalizas y ya puedes emplatar. Nosotros hemos usado para ello un timbal cuadrado en el que hemos introducido primero la avena, formando un lecho, para añadir por encima el guiso de hortalizas a la cúrcuma, de modo que así los jugos del guiso se filtren hacia el cereal.