Boniato, batata, patata dulce, camote… Varios son los nombres para esta hortalizas, de temporada entre octubre y marzo (ver aquí calendario de frutas y verduras por meses). Sin ser pariente de la patata, sus usos en cocina se pueden asemejar así como su valor nutritivo (ver aquí valor nutritivo de las patatas). ¿Quieres saber cómo y por qué incorporar el boniato a tu alimentación?

Valor nutritivo de los boniatos o camotes

El boniato es una hortaliza, pero compuesta en un 70% por agua, pero al consumirla debemos tenerla en cuenta dentro del grupo de alimentos que destacan por su aporte en hidratos de carbono (como la patata, pero también los cereales y sus derivados).

Macronutrientes en gramos por cada 100g de boniatos o camotes

Hidratos de carbono23
Proteínas1,2
Grasas0,6
Fibra3

Existen diversas variedades de boniatos, que según piel y pulpa, pueden variar de coloración: púrpura, amarillo o naranja. Este último es el más rico en betacarotenos, pero el boniato en general destaca por los mismos, y sus aportes de ácido fólico entre las vitaminas, y entre los minerales, por el potasio, el magnesio, el calcio o el fósforo.

El boniato o el camote, nunca en crudo

Como la patata, el boniato es un tubérculo, es decir un tallo subterráneo que almacena reservas a partir de las cuales se desarrollan raíces y el resto de la planta. Quizás porque camote y patata son tubérculos, quizás por su forma, a menudo se cree que ambos están emparentados: incluso conocemos al boniato también como patata dulce. Pero no son familia. Mientas la patata pertenece al grupo botánico de las solanáceas, el boniato pertenece a uno bien diferente: las convolvuláceas.

Sin embargo, comparten otra característica: como las patatas, los boniatos no se pueden comer en crudo (ver aquí por qué no comer patata cruda). Sin embargo, las toxinas que motivan esto son diferentes: el boniato contiene dioscorina, una toxina vegetal que afecta al sistema nervioso central. Por ello hay que consumirlo siempre bien cocinado, pues el calor elimina dicha toxina.

Cómo cocinar boniatos o camotes

Las formas más habituales de cocinar boniatos son hervidos, fritos y, sobre todo asados. Al hervirlos tardaremos menos en cocinarlos que al asarlos, pero pierden parte de su dulzor característico. Ese se realza asado, especialmente al horno, y con temperaturas medias o bajas.

Cómo cocinar boniatos o camotes

Al asar camotes o patatas dulces al horno, lo habitual es envolverlos en papel de aluminio, pues aún al conservar los jugos en el interior, crea un almíbar que realza aún más su dulzor. Pero el papel de aluminio no es imprescindible: se pueden asar enteros y con piel, directamente. Y luego los podemos servir enteros, rellenar con alimentos que generen contraste, hacer puré (ver aquí receta de puré de boniatos al jengibre), incorporarlos a masas de bizcochos y dulces, etc. También podemos asarlos troceados, como una patata, e incluso hacer chips con ellos: sólo hace falta cortarlos con la mandolina, aderezarlos con aceite y alguna hierba aromática y ponerlos al horno 180ºC unos diez minutos.

Los chips de boniato también pueden ir fritos. El boniato frito, de hecho, lo cocinamos como una patata, y puede ir también en bastones, dados, etc. Lo único que hemos de tener en cuenta en este caso es no pincharlos para comprobar si están cocinados, pues perderían agua y nos los dejaría resecos, a la vez que el agua aceleraría la degradación de la calidad del aceite con el que los freímos.

Escrito por:uranda

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