Receta vegana super fresca e hidratante de sopa fría de hortalizas con una base importante de tomate que, por su combinación de ingredientes veraniegos, también podríamos entender como una ensalada batida para tomar con cuchara.
Ingredientes
- 1kg de tomates maduros
- 1 pepino
- 1 pimiento verde
- Media cebolla
- 1 diente de ajo
- Pan duro (mínimo del día anterior)
- Vinagre de vino
- Aceite de oliva
- Sal
Cómo hacer gazpacho casero

El gazpacho es un placer en verano por su frescura, y lo mejor es que al ir aliñado con vinagre podemos dejarlo listo y consumirlo en varios días. De hecho, cierto reposo le va estupendo para que se asienten los sabores. Pero es que, además, está cargado de micronutrientes, aunando la vitamina C sobre todo del tomate (unos 120gr contiene aproximadamente 23mg de vitamina C), con la vitamina A del pimiento, las propiedades antibióticas de la cebolla y las depurativas del pepino. Y además, su elaboración no puede ser más fácil.
Así que empezamos pelando ajo, cebolla y pepino. Eliminamos las semillas del pimiento. Y lo lavamos todo junto a los tomates. Luego troceamos todas las hortalizas y las penemos en el baso de la batidora. Añadimos unas rodajas de pan duro troceadas, un poco de agua y a triturar todo bien. Podemos jugar con las proporciones de agua y pan para dejar una textura más cremosa o más líquida según nos apetezca. Y si no queremos incluir pan porque nos apetece una sopa fría totalmente de hortalizas, podemos emplear zanahoria como espesante.
Una vez está todo bien triturado, si no queremos restos de semillas de tomate o pieles, lo pasamos por un colador chino.
Luego aliñamos con aceite de oliva, sal y vinagre. Nosotros os proponemos un vinagre de vino porque enlaza más con la tradición andaluza. Pero también se puede emplear un vinagre de manzana si queremos que sea menos agrio y más afrutado. Todo es cuestión de gusto.
Por último, y no menos importante, metemos el gazpacho en la nevera. Y es que este se sirve bien frío. Y normalmente se sirve con una guarnición de pepino, pimiento y cebollita bien picados, además de unos picatostes. Esta guarnición no se incluye en el cuenco, sino aparte, y además con las diferentes hortalizas sin mezclar entre ellas, para que cada comensal se sirva aquellas que más le agraden y en la cantidad y proporción que deseen.