Receta fácil y rápida de sopa vegana que se sirve en frío y no necesita ningún método de cocción. El resultado es un entrante muy hidratante y rico en vitamina C gracias al tomate, además de refrescante y estimulante sin ser excitante gracias al toque de la menta y el jengibre
Ingredientes para 4 personas
- 600gr de tomates maduros
- 2 dientes de ajo
- 100ml de aceite de oliva
- Un trocito de jengibre fresco
- Tres ramas de hojas de menta fresca
- Sal
Cómo hacer sopa fría de tomate, menta y jengibre

Esta receta es tan fácil como deliciosa. El trabajo previo consiste en lavar y trocear los tomates, pelar los dientes de ajo y el trocito de jengibre (del que no te hemos puesto cantidad, porque depende de tu gusto, e incluso resulta opcional), y separar la hojas de menta del tallo y lavarlas.
Después de esto, la clave es la batidora. Nosotros usamos una de vaso americana que permite dejar un triturado muy fino. Así que lo que hacemos es meter todos los ingredientes y triturar.
Si no la tienes y quieres evitar semillas y pieles de tomate, te recomendamos primero triturar los tomates solos. Luego los pasas por el colador chino. Lo devuelves al vaso de la batidora, añades el resto de ingredientes y vuelves a triturar.
En cualquiera de los dos casos, al triturar, el aceite emulsiona con el tomate y nos deja una textura cremosa. Nuestra recomendación es que hagas la sopa con cierto tiempo para meterla en la nevera y servirla después bien fresquita y con los sabores asentados.
Si quieres, puedes añadir como guarnición hortalizas bien picadas, como cebolleta, pimiento, pepino etc. aparte para que cada comensal se sirva al gusto, como si fuera un gazpacho.