Se come como una sopa, pero parte de un sofrito que nos lleva a guisar la soja. El resultado es un sabroso y nutritivo plato de cuchara con toda la riqueza proteica que nos aporta la soja, que en esta receta se llena de matices de sabor.
Ingredientes para 4 personas
- 300gr de soja blanca
- 1 zanahoria
- 1 calabacín
- 1 puerro
- Una rama de apio
- 1 pimiento verde o amarillo
- 3 tomates maduros
- 1 calabacín
- Caldo de verduras (ver aquí cómo hacer caldo de verduras)
- Estragón
- Aceite de oliva
- Sal
Cómo hacer guiso caldoso de soja y hortalizas
Partimos de soja seca, así que como la mayoría de legumbres, es necesario ponerla primero a remojo. En el caso de la soja, necesitará unas ocho horas para que luego nos quede bien tierna al cocerla. Así que lo mejor es dejarla a remojo la noche antes de cocinarla (ver aquí cómo cocinar soja).
Para empezar a elaborar la receta, lavamos y preparamos todas las hortalizas, excepto el calabacín. Eliminamos las semillas del pimiento y las nervaduras del apio tirando de ellas con un cuchillo. Pelamos el puerro, la zanahoria y los tomates. Estos últimos los cortamos en tacos y los dejamos aparte. Los pimientos y la zanahoria irán en bastones finos, y puerro y apio en juliana. No mezcles las hortalizas durante el corte, ya las mezclaremos en la olla.
Con todo ello listo, pasamos a los fogones. Ponemos al fuego la olla en la que coceremos la soja. Vertemos un buen chorro de aceite, y sofreímos en el puerro con un poco de sal para que suelte su propio jugo. Cuando esté pochado, añadimos progresivamente zanahoria, pimiento y apio, rehogándolos al ir incorporándolos. Y al final, agregamos el tomate y salamos. Lo dejamos a fuego suave. Cuando el tomate esté prácticamente deshecho es que el sofrito ya está listo.
Es el momento de incorporar la soja a la olla y cubrirla con el caldo de verdura. Subimos el fuego y cuando alcance el hervor, es posible que salga la espuma que nos indica que hay impurezas. Bajamos el fuego y la retiramos con la espumadera. Corregimos de sal y tapamos la olla. La soja necesitará un mínimo de hora y media para cocerse.

Así que, entre tanto, vamos a por el calabacín. Lo podemos pelar o lavar bien con agua y cocinar con la piel, de forma que así mantenemos la fibra que esta nos aporta. Los troceamos en rodajas, y cada rodaja en cuartos, para que al comer la sopa, se puedan integrar en cada cucharada. Ponemos una sartén al fuego con un chorro de aceite y salteamos el calabacín, de modo que empiece a ablandarse pero quede al dente. Luego lo retiramos y le espolvoreamos el estragón. Así, el calabacín se quedará marinando mientras se acaba de cocer la soja. Justo cuando esta esté tierna, le incorporamos el calabacín, dejamos que de un hervor para que se caliente y ya tenemos este guiso listo.
A partir de aquí lo dejamos reposar un poco par que asienten sabores y lo servimos meloso. .
¿Y si en lugar de un plato meloso quiero un guiso caldoso?
Esta receta de guiso meloso de soja y hortalizas nos propone sabores suaves y texturas tiernas en sus ingredientes, siendo el caldo el elemento que lo integra todo, no sólo a nivel culinario, sino también nutritivo. Por ello se puede servir también como guiso caldoso. Para ello, en la cocción de la soja, agregaremos más caldo, no solo el que las cubre. Luego, a la hora de dejar el guiso reposar, separamos el caldo de la soja, para que estas no lo absorban y lo reincorporamos a la hora de servir. La diferencia nutritiva radica esencialmente en que al servir con más caldo, el plato resultará más hidratante y con algún aporte de vitaminas hidrosolubles (ver aquí) superior.