Hortaliza es toda planta comestible que se cultiva en los huertos. Pero las cultivamos porque nos solemos comer una parte de ellas. Y en función de eso, podemos clasificarlas. Repasamos aquí la clasificación de las hortalizas según la parte de la planta que nos comemos:
Bulbos, hortalizas carnosas

Son órganos de plantas específicas formados por una yema o tallo subterráneo que acaba envuelto en hojas carnosas y acumula reservas. Estas son las que permiten el desarrollo de nuevas plantas, pero también son las que nos interesan a nivel alimentario y culinario. ¿Bulbos habituales? Cebolla, puerro, ajo (ver aquí), hinojo… (ver aquí los cuatro bulbos esenciales: propiedades y usos culinarios)
Flores o inflorescencias, sabrosas hortalizas

Las comes más de lo que crees: alcachofas, brocoli, coliflores, etc. pertenecen a este grupo. La flor es la parte de la planta que contiene los órganos sexuales de la misma y de la que suele salir el fruto. Las que habitualmente nos comemos como hortalizas, bien carnosas, se recolectan antes de que la flor se abra. Aunque también encontramos un montón de flores que se emplean, abiertas y con todo su colorido, en cocina: desde flores de plantas aromáticas como la de cebollino, hasta flores de hortalizas como las de calabacín o calabaza, sin dejarnos las que, culturalmente, quizás tenemos más asociadas a la jardinería: rosas, los pensamientos, etc.
Frutos, también son hortalizas

Los frutos son la parte de la planta donde se desarrollan las semillas, a la vez que la protegen y suelen estar en la parte aérea de la misma (fuera de la tierra). Hay plantas que cultivamos precisamente por sus deliciosos frutos: tomates, pepinos, berenjenas, calabazas (ver aquí), pimientos, etc. pertenecen a este maravilloso grupo de hortalizas.
Tallos, hortalizas llenas de fibra

Los tallos crecen en la dirección contraria a las raíces, y son aquella parte de la planta que sostienen hojas, flores y frutos de la planta. Y hay hortalizas que cultivamos especialmente por esos tallos: apio, espárragos (ver aquí), cardos…
Tubérculos, las hortalizas más energéticas

Los tubérculos son un tipo de tallo. Y si los tallos a los que nos referíamos en el apartado anterior son aéreos, los tubérculos se caracterizan por ser tallos subterráneos. Estos, además, acumulan reservas que permiten el desarrollo de las raíces y, en consecuencia, de nuevas plantas. Pero es que esas reservas suelen ser esencialmente hidratos de carbono que convierten a estas hortalizas en un grupo especialmente energético. Así que ya habrás adivinado cuál es el tubérculo más famoso: las patatas (ver aquí). Aunque no estén emparentados botánicamente, los boniatos (ver aquí) también son tubérculo.
Raíces, hortalizas muy sabrosas

Las raíces crecen en dirección contraria al tallo, y proporcionan los nutrientes que la planta necesita para su desarrollo. Suelen ser subterráneas, sobre todo las que nos comemos como hortalizas: zanahorias, rábanos, chirivías, nabos… (ver aquí propiedades de seis raíces para enriquecer tus platos con hortalizas). También hay un grupo de raíces engrosadas que se suelen denominar raíces tuberosas, puesto que tienen un alto contenido en almidón (por eso a menudo se las confunde con tubérculos). Este es el caso de la yuca, mandioca o tapioca.
Semillas, las hay que también son hortalizas

Es el grano a partir del cual germinan las plantas. Cada vez que comemos frutos o vainas, generalmente también ingerimos las semillas. Pero hay hortalizas que se recolectan tiernas y se desgranan para aprovechar especialmente la semilla: hablamos especialmente de habas (ver aquí) o guisantes tiernos (ver aquí).
Vainas, cuando la envoltura es una hortaliza

Estas son la envoltura alargada que desarrollan ciertas plantas en lugar de los frutos. Y la misión de la vaina es envolver las semillas del mismo. Cuando las consumimos como hortalizas, se recolectan tiernas. Y dos grandes ejemplos son las judías tiernas (ver aquí) o los tirabeques, que son vainas de una variedad de guisante.
Verduras, diferencia con las hortalizas

Normalmente empleamos el término verduras como sinónimo de hortalizas. Y si bien todas las verduras son hortalizas, no podemos decir en este caso que sea viceversa, ya que NO todas las hortalizas son verduras. Las verduras, en verdad, son aquellas hortalizas de las que nos comemos esencialmente las hojas: es decir, esas láminas planas unidas al tallo, sean verdes o no. Y aquí encontramos lechugas (ver aquí) y brotes para ensaladas (ver aquí), acelgas, espinacas, repollos y brezas, etc.